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Que levante la mano quien no se haya dado cuenta del bombardeo de noticias, artículos, libros, recetas y estudios sobre dietas veganas… ¿nadie?
Llevamos unos años con la tendencia del vegetarianismo, veganismo y el plant-based instalada en los medios de comunicación. Tanto es así que El Comidista tiene una página de Facebook llamada “El Comidista Vegetariano” , los influencers veganos están más buscados que la madre de Marco, cocineros como Rodrigo de la Calle sacan libros (maravillosos, por cierto) de recetas verdes y otros entendidos del tema, como Lucía Martínez y Julio Basulto, triunfan en las listas de Amazon con sus libros. Hasta Google ha decidido reducir la presencia de ingredientes animales en los menús que ofrece a sus trabajadores.
No pretendo que veáis mi observación como una queja. Como promotora de la inclusión de más vegetales en nuestra mesa, todas las noticias sobre la relación entre salud y veganismo, o dietas basadas en plantas son positivas en el sentido de que ayudan a concienciar sobre la necesidad de incrementar el consumo de vegetales por parte de la población.
Sin embargo, el énfasis que se está poniendo en las dietas vegetarians como solución a nuestros problemas de salud (sin entrar en las cuestiones éticas o medioambientales) puede no tener el efecto deseado. No son pocas las personas que me han preguntado en el último año sobre el tema, y es que la población no está preparada desde ningún punto de vista (ni mental, ni cultural, ni culinario, por citar algunas de las barreras) para dejar de comer animales. Necesitamos introducir un paso previo.
Omnívoros vs Vegetarianos: fight!
El veganismo se presenta como un estilo de vida que es visto por gran parte de la población con desconfianza. El recelo viene por el desconocimiento y la “dificultad” que plantea seguir este estilo de vida: dejar de comer animales, de utilizar productos elaborados con ellos (desde ropa, complementos o cosméticos) y defender sus derechos de forma activa. Así pues, el veganismo va más allá de comer sólo alimentos de origen vegetal.
Pero ocurre una cosa, y es que el ser humano es un animal de extremos, del todo o nada, del blanco o negro. Nuestra incapacidad de ver la escala de grises en tantos contextos hace que el mensaje no cale y rebote como una pelota de goma en una pared. “¡¡¿Cómo…!!? ¿qué hay que hacerse vegano para obtener los beneficios de los vegetales y estar sano? Uf, yo paso”.
Entonces, empieza la lucha: veganos que adoctrinan y juzgan, en lugar de inspirar y motivar, y omnívoros con orejeras de burro que son incapaces de ampliar su perspectiva y ver más allá de su filete con patatas y ensalada.
Empanada mental
Sí queridos lectores, esto está pasando hoy. A mí me dicen que mi forma de comer es especial, por seguir una dieta vegetariana en casa, y flexible cuando como fuera (incluyo carne y pescado cuando como fuera y me apetece). Es lo que algunos incluirían dentro del flexitarianismo, el cual se considera un tipo de alimentación basada en plantas.
Otros me preguntan si mi blog es para gente vegetariana porque mis recetas contienen casi exclusivamente ingredientes vegetales (claro, es que los omnívoros no comemos garbanzos y el tofu es solo para vegetarianos).
A la dietista-nutricionista Lucía Martínez, quien he mencionado más arriba, le dicen que no es un buen ejemplo para el veganismo por dar consejos de salud que incluyen el consumo de alimentos de origen animal que encajan en una alimentación saludable. Consejos que, por cierto, van dirigidos a la población general y se dan en medios nacionales.
La gente lleva una empanada mental que no se aclara, y no es una empanada de verduras, precisamente.
Dietas basadas en plantas para comer mejor
¿Sabes que las dietas vegetarianas y veganas pueden ser tan insanas como una omnívora? ¿No? Pues sí.
Imagínate una alimentación a base de pasta con salsa de tomate, patatas fritas, zumos de fruta y refrescos, arroz blanco, rollitos de primavera, hamburguesas envasadas de tofu, cereales de desayuno refinados cargados de azúcar, pizza cuatro estaciones, galletas… No suena muy bien para la salud, ¿verdad?
Como dice Lucía en su libro “Vegetarianos con Ciencia” (perdona Lucía que vuelva a tirar de ti), “ser vegetariano no es más saludable que no serlo […]. Lo que es saludable es llevar una alimentación adecuada, sea cual sea nuestro estilo de vida y nuestra opción dietética”. Pues bien, esto es lo que muchos no terminan de entender, pero que ha puesto de manifiesto un estudio de la Universidad de Harvard publicado en el Journal of the American College of Cardiology.
El artículo concluye que una dieta basada en vegetales y abundante en aquellos que son saludables (como granos enteros, frutos secos, legumbres, fruta, verdura, etc) es mucho más saludable que una vegetal a base de alimentos insanos (cereales refinados, zumos, refrescos, etc). Pero, además, ha mostrado que reducir el consumo de animales y aumentar el de vegetales saludables (granos enteros, frutas, verduras, legumbres, frutos secos, etc) es muchísimo mejor que una dieta vegana insana y tiene beneficios muy similares a la primera. De cajón, ¿verdad?, pues como algunos no lo tienen claro, son necesarios trabajos así ayudar a reforzar el mensaje.
Hacen falta más herramientas para comer sano
Así que parece fácil: empecemos diciéndole a la gente que reduzca el consumo de animales, en lugar de eliminarlos del todo. Además de tener un impacto positivo sobre la salud, lo tendrá también sobre el medio ambiente y el bienestar animal. Como dice mi madre: “tota pedra fa paret (toda piedra hace pared)”.
Sin embargo, y pese a la insistencia de los medios y algunos comunicadores sobre los beneficios de las dietas basadas en plantas, las herramientas que tiene la población a su alcance son pocas y, en ocasiones, de dudosa calidad.
No se trata de sustituir la hamburguesa de ternera por una de tofu comprada en el supermercado. Se trata de que seamos capaces de entender que esa hamburguesa puede sustituirse por un plato de legumbres. Y que si se quiere sustituir el elemento en cuestión (es decir, la hamburguesa de ternera en este caso) por otro similar vegetal porque el momento de consumo así lo “requiere” – y entrecomillo porque también hace falta más flexibilidad mental acerca de lo que se puede comer o no en determinados momentos del día u ocasiones sociales – puede hacerse con unas hamburguesas donde la mitad de la carne es sustituida por champiñones, o preparando unas burgers vegetales que nada tengan que envidiar a su pariente animal.
Pero aquí entran en juego dos factores importantes: la falta de ideas y de habilidades culinarias. Y es que si no sacamos a la población de la ensalada de lechuga iceberg con tomate ni les motivamos a salir de su zona de confort alimentaria, tendremos muy difícil revertir las invasivas cifras de obesidad, diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Para ello tenemos que enseñar que comer (más) vegetales gracias a las dietas basadas en plantas es fácil, que es asequible, que mola, que es de-li-cio-so. Y aquí es donde las personas vegetarianas y veganas que lo hacen bien pueden jugar un papel crucial, porque pueden ser una inspiración para los que seguimos (aunque sea de forma muy esporádica) comiendo animales.
Algunas ideas para empezar
Mis felicitaciones si después del rollazo que te he metido has llegado hasta aquí. Como premio te dejo algunos consejos para que puedas empezar a reducir el consumo de animales 🙂 :
- Comienza reduciendo cantidades de los ingredientes animales y aumenta el de vegetales en tus recetas habituales.
- Deja de comprar embutidos y carne roja (y consúmelos sólo cuando se te presente una ocasión especial de verdad, como una celebración fuera de casa, te sabrán mucho mejor! 😉 )
- Practicar el lunes sin carne es una manera de reducir el consumo de animales con un impacto positivo en tu salud y en la del medio ambiente.
- Sé curioso, prueba recetas nuevas y conviértete en inspiración para los que te rodean. Comparte lo que aprendes!
- Infórmate sobre cuáles son las opciones y cómo las puedes integrar en tu vida, poco a poco, sin agobios, y pronto te darás cuenta de que no es tan complicado. Un dietista-nutricionista puede ayudarte con eso 😉
- Hazte con alguno de estos libros:
- Vegetarianos con Ciencia, de Lucía Martínez.
- Más vegetales, menos animales, de Julio Basulto
- Cocina Verde, de Rodrigo de la Calle
Gracias por leer,
[Edito: 27/Julio/2017; 13:15hs: el titular original del post era “No hace falta hacerse vegano para estar más sano”. Si has leído el post, se centra en las dietas que excluyen animales, también llamadas veganas. Pero seguir una dieta vegana y SER vegano no es necesariamente lo mismo, y lo he intentado dejar claro en el post. Sin embargo, el titular original ha causado alguna molestia en el colectivo y, desde luego, esa no era la intención. Éste no es blog sobre veganismo, sino sobre alimentación basada en vegetales. Creo que haciendo referencia en el título a las dietas veganas, me ajusto más al mensaje del texto. Gracias Lucía Martínez por la reflexión!