Deliciosas, jugosas y esponjosas, así son estas magdalenas de yogur y fresas. Si nunca te habías atrevido con ellas, esta versión puede ser un buen comienzo porque quedan buenísimas. Si no es temporada de fresas, cámbialas por otras frutas como plátano, melocotón, albaricoque o cerezas.
Los que lleváis tiempo en esta casa sabéis que la repostería no es lo mío. Primero, porque no es algo que se me suela dar bien; segundo, porque a mí me pierden más unas patatas fritas que un bizcocho y, tercero, porque la repostería no es de lo más recomendable. Ni tan siquiera la casera. Y tampoco la que se apellida “saludable”.
La repostería casera no es saludable
La alimentación saludable y la cocina sana están de moda. Lo están tanto que nos encontramos con una avalancha de recetas de repostería “saludable” que no nos hacen ningún favor a los que de verdad nos interesa promover una alimentación sana, pero tampoco se lo hacen a quienes creen que se están cuidando cuando la comen.
De ello hablo extensamente en Aprende a Desayunar, de hecho, hay un capítulo entero dedicado a la repostería y bollería en el desayuno así que no me voy a extender aquí. Lo único que te diré es que, cuando comes dos magdalenas, por muy “saludables” que se apelliden, dejas de comer dos mandarinas, o un puñado de frutos secos, por ejemplo. Ese es el problema y el hecho de llamarles saludables no ayuda a fomentar realmente un cambio de hábitos.
No me malinterpretes. Esto no es una oda en contra de la repostería y otros alimentos que nos proporcionan placer. Creo firmemente en que una alimentación saludable pasa por cuidar la dimensión hedónica y social de la misma, pero eso no significa ponerse fino-filipino de guarrerías con el apellido “saludables”. Sobre este tema ya habló Lucía Martínez en su blog Dime Qué Comes hace unos cuantos años, así que lo que aquí os digo no es nada nuevo.
Un apunte sobre los dátiles en la repostería casera “saludable”
Los dátiles, sobre todo los Medjool, se han erigido como sustitutos del azúcar en la repostería casera “saludable”. He de reconocer que en algún momento me dejé llevar por el entusiasmo de las masas y también recomendé endulzar con dátiles y hasta he experimentado con el susodicho ingrediente, eso sí, sin que me convenza en exceso. Pero ojo con los dátiles, querido lector, porque es un arma de doble filo.
Es cierto que se le atribuyen numerosos beneficios, pero es más cierto que la cantidad de estudios clínicos realizados con dátiles es muy, muy reducida. Así que precaución. Me alucina ver recetas de repostería “sana” que ponen alegremente 10-12 dátiles en la lista de ingredientes. Y me alucina porque nadie en su sano juicio llamaría saludable a una receta que lleva 180 g de azúcar, pero parece que todo vale si ese azúcar viene de los dátiles.
Veamos en detalle qué significan esos 10-12 dátiles. Empecemos con el peso: eso son entre 240 y 280 gramos de dátiles. Según las tablas de composición de alimentos, más de un 65% de la energía de los dátiles provienen del azúcar (el mismo azúcar, por cierto, que hay en la azucarera). Eso significa que, si un dátil Medjool pesa de media 24 gramos, 10-12 dátiles son entre 240 y 280 g, lo cual se traduce en un rango de entre 160 y 185 g de azúcar. ¿Diríais que es saludable una receta que incluye 185g de azúcar?
¿Entendéis por qué todas esas recetas de repostería sana ayudan menos de lo que pretenden? Yo, la verdad, prefiero hacer mis magdalenas de vez en cuando y usar 80 gramos de azúcar que endulza lo mismo y con menos cantidad. Y no, no me vale la excusa de la matriz del alimento, ni de la fibra, ni de lo fitoquímicos que aportan los dátiles. ¿Quieres fibra y fitoquímicos? Pues cómete una manzana con almendras.
Sobre la receta de magdalenas de yogur y fresas
La receta de magdalenas de yogur y fresas iba a ir precisamente en el capítulo sobre repostería en el desayuno de Aprende a Desayunar. Pero el espacio de un libro es limitado y, como otras muchas recetas, al final tuvo que quedarse fuera.
Me dio mucha pena porque las magdalenas están buenísimas y son muy fotogénicas. Disfruté mucho fotografiándolas, así que he pensado en regalaros la receta para celebrar que Aprende a Desayunar ya está en la calle.
Si queréis hacer esta receta fuera de la temporada de fresas, podéis sustituirlas por otra fruta: plátano, frutos rojos, manzana, cerezas, melocotón, albaricoque… Si usáis frutos rojos congelados, aseguraos de que están bien descongelados y escurridos antes de incorporarlos a la masa.
Y aquí me despido, que yo solo me pasaba por aquí para dejaros la receta de las magdalenas y ya veis, me lío como una persiana. Espero que os guste la receta y, por favor, no dudéis en contarme qué os parece, ya sea aquí en los comentarios o en mis redes sociales (Instagram, Facebook, Twitter)
Gracias por leer y cocinar,

Magdalenas de yogur y fresas
Ingredientes
- 200 g de fresas
- 150 g de harina de trigo
- 100 g de harina integral de espelta
- 150 g de yogur griego
- 80 g de azúcar
- 2 huevos grandes
- 4 cucharadas soperas de aceite de oliva
- 2 cucharadas soperas de mantequilla derretida
- 2 cucharadas soperas de vinagre
- 1 cucharada sopera de azúcar
- 1 cucharada sopera de vainilla líquida
- 1 pizca de sal
- 1/2 sobre de levadura Royal
- 1 cucharada sopera de azúcar
- 1/2 cucharada sopera de mantequilla derretida
- 25 g de almendra cruda molida
Elaboración paso a paso
- Precalentar el horno a 200ºC.
- Lavar las fresas y quitarles el rabito. Cortar en cubos de 1 cm de lado, más o menos, ponerlas en un bol y añadir el azúcar y el vinagre. Mezclar bien y reservar en la nevera.
- Preparar la cobertura de almendra mezclando el azúcar y la almendra molida en un bol. Añadir la mantequilla y combinar todos los ingredientes con la ayuda de un tenedor, hasta que tenga una consistencia granulosa. Reservar.
- En un bol grande, mezclar los dos tipos de harinas, la pizca de sal y la levadura Royal.
- Con ayuda de unas varillas, batir el huevo con el azúcar en un bol procurando incorporar todo el aire posible y que nos quede una mezcla esponjosa. Añadir el yogur griego y la vainilla, y volver a mezclar todo bien con ayuda de las varillas. Terminar incorporando el aceite de oliva y la mantequilla derretida, y volver a mezclar bien.
- Verter la mezcla líquida sobre las harinas, mezclando con una espátula, pero sin que quede homogénea, ha de verse algo grumosa. Escurrir las fresas y reservar el líquido de maceración. Añadirlas a la masa y volver a mezclar para que queden bien distribuidas.
- Tomar un molde de magdalenas, ponerle el papel rizado para magdalenas en cada uno de los huecos y llenarlos con ayuda de una cuchara. Añadir una cucharada sopera del líquido de las fresas a la cobertura de almendras, mezclar bien y distribuirlo por encima de las magdalenas crudas. Limpiar bien el molde de restos de cobertura para que no se quemen.
- Hornear 17 minutos a 200ºC o hasta que la cobertura esté dorada. Comprobar la cocción con la ayuda de un palillo. Si sale manchado de masa, dejarlas 5 minutos más.
- Sacar del horno y dejar enfriar unos 5 minutos dentro del molde. Sacarlas y dejar que se enfríen del todo sobre una rejilla. Pueden aguantar en buen estado unos 2-3 días dentro de un recipiente hermético.