
Sois muchos los que me preguntáis por recetas para cenar. La verdad es que todas las recetas del blog son aptas para una cena. Bueno, casi todas… no me vengáis con que ahora vais a cenar tarta de chocolate, o una infusión de menta, jengibre y limón en plan détox porque “es que tú has dicho que todas las recetas del blog sirven para cenar”, que nos conocemos :p
¿A qué viene tanta necesidad de recetas para cenar?
La verdad es que no entiendo que problema tiene la gente con la cena. ¿Qué la diferencia de otra comida del día? ¿Por qué parece que es fácil pensar en una receta para la comida, pero no para la cena? En serio, me gustaría que me dejaseis en los comentarios qué dificultades encontráis a la hora de preparar la cena.
Es cierto que estamos muy influidos por los hábitos culturales de nuestra sociedad. Parece que ni con lejía sale esa idea de que para desayunar hay que tomar cereales de desayuno, que la paella mejor para comer que para cenar, y que la tortilla francesa pues casi en la cena con una ensalada mixta.
Es momento de romper los clichés a la hora de comer. No es ningún sacrilegio comerse un plato de paella para cenar, ni lo es tomarse un pincho de tortilla en el desayuno. Ahora bien, tomarse un plato de paella a las diez de las noche, junto con los calamares a la romana, bravas y croquetas de entrante, además de la tarta al whisky de postre, pues igual sí que tiene delito y te juzgan por cometer un crimen dietético con nocturnidad y alevosía contra tu salud.
Consejos para preparar cenas rápidas y sanas
A la hora de cocinar, es importante tener claras algunas pautas para hacerlo con sentido común, coherencia y valor gastronómico. Estas pautas se pueden aplicar a cualquier comida del día, pero os dejo a continuación algunas ideas para facilitaros la vida con las cenas:
- Crea un entorno que propicie cocinar. Y para eso, nada mejor que tener la cocina limpia y organizada. Que no te tenga que venir Chicote a decirte que eres un guarro. Una cocina con los platos por lavar, restos de comida en el mármol, o trastos por en medio sólo invita a llamar a la pizzería de turno, y ya si eso empiezo mañana con lo de comer sano.
- Controla las cantidades y recupera la vajilla de tu abuela. No es necesario que prepares comida para un regimiento, ni que te sirvas la cantidad que se comería un diplodocus. Pasa de esos megaplatos que están tan de moda y que sólo hacen que tiendas a llenarlos con más comida. Sí, son muy monos y le dan un rollo sofisticado a tu mesa. Consiguen que te sientas el mejor instagramer de moda, pero oye, ni eres el instagramer de moda, ni te hace falta ponerte hasta las cejas para cenar, ¿verdad? Pues a no ser que vayas a llenar el plato de vegetales como en la receta de hoy, escoge una medida estándar, como aquellas que tenían en casa nuestras abuelas. De hecho, no es mala idea recuperar los platos de nuestras abuelas! 😀
- Utiliza el método del plato. Siguiendo con el tema de las cantidades, el método del plato es un sencillo procedimiento para montar un plato saludable. Aquí lo tienes muy bien explicado, pero básicamente se trata de que la mitad de tu plato sea a base de vegetales, un cuarto a base de alimentos proteicos y el otro cuarto a base de alimentos ricos en carbohidratos (integrales).
- Cocciones: el método de preparación es otro de los “qués” culinarios de la noche. Oye, no te agobies ni te compliques: plancha, salteados, horno, ingredientes crudos… Escoge cocciones sencillas, que requieran poco tiempo, pero ejecútalas bien porque la textura, el sabor y la apariencia final del plato dependerán de ellas. Por ejemplo, en esta receta os aconsejo que no remováis mucho la chalota ni los champiñones, precisamente para que cojan un poco de color dorado. Ese color se produce gracias a una serie de reacciones químicas favorecidas por las altas temperaturas, donde los azúcares y proteínas que contienen esos ingredientes reaccionan entre sí resultando en un agradable sabor entre dulce y tostado (es lo que se conoce como reacción de Maillard). Si los remueves constantemente el alimento se cuece y es más difícil que desarrolle su sabor. Ojo, que quede claro que esto no es malo, habrá veces en que nos interese que el alimento se cocine sin que sus sabores evolucionen en exceso (por ejemplo, la cebolla para una bechamel). Dependerá de la receta que estemos preparando.
- Ingredientes: empieza pensando en verde. Los vegetales deben ser la base de tu plato, tanto en la comida como en la cena (recuerda el método del plato que hemos comentado más arriba): champiñones, espinacas, un resto de calabacín y chalota es lo que compone la receta de hoy. Luego ya vendrán los adornos con hidratos, proteínas y grasas según tus gustos y apetencias. En esta receta he usado un puñado de judías blancas que me sobraron de la comida del día anterior. Para la proteína, el huevo completa la cantidad aportada por la legumbre (que en este caso era poca) y cómo no, el plato lo terminé con un buen chorrete de aceite de oliva virgen extra. Perejil a mansalva y una pizca de sal. Listo. Riquísimo.
- Variedad: haz el favor de salir del sota, caballo y rey. Una cena a base de una triste pechuga a la plancha, con la más triste ensalada de lechuga iceberg sólo puede llevarte a una vida triste al cuadrado. Y nadie quiere una vida triste. Si eres de pechuga para cenar, ¿por qué no coges esta receta y sustituyes el huevo y las legumbres por una buena pechuga de pollo de corral? Y no te preocupes si echas de menos los hidratos de carbono. Empuja lo que haya en el plato con una rebanada de pan integral hecho con grano entero, fruta de postre, y ya los tienes. Ah, y que tampoco pasa nada por no incluirlos en la cena, recuerda que lo importante es el cómputo semanal de nutrientes.
- Anticípate: ten porciones congeladas de carne, pescado, calamar, gambas, hamburguesas vegetales, falafel…. Sácalas por la mañana, déjalas que se descongelen en la nevera y a la noche sólo tienes que ponerlos en la sartén.
- Preparación: cocina y prepara ingredientes durante el fin de semana y ponlos en recipientes herméticos: zanahoria pelada, pepino o apio cortados a tiras gruesas de forma que sólo tengas que picarlos a la hora de cenar. Legumbres cocidas, granos y cereales como la quinoa, arroz, pasta o espelta. Si los guardas en recipientes herméticos te aguantan bien 3-4 días en la nevera. Haz una tanda de verduras al horno, mételas en un táper cuando estén frías y a la nevera. Quedan de maravilla en ensaladas de legumbres, pasta o arroz.
- Horarios: cena pronto, mejor que tarde. Sí, ya sé que eso en España es una utopía. Ahora me doy cuenta de la locura de horarios que nos gastamos por allá abajo y no puedo estar más feliz por haber cambiado cenar a las diez de la noche por cenar entre las siete y las ocho. Rara vez tengo hambre a la hora de acostarme, y si eso ocurre, lo soluciono con un poco de fruta, un par de cucharadas de yogur o un infusión y tan ricamente.
Estas son solo unas ideas para animaros a preparar cenas diferentes. Seguro que muchas las conocíais o, si sois habituales del blog, las habéis leído en otros posts, puesto que no dejan de ser consejos universales. Si tenéis ideas o algún consejo para el resto de lectores, animaos a dejarlas en los comentarios.
Gracias por leer,


Recetas para cenar, verduras con judias blancas y huevo a la plancha - Veggies with white beans and egg
Ingredientes
- 500 g de champiñones lavados y cortados a cuartos
- 200 g de judía blanca cocida bien enjuagada
- 2 chalotas picadas
- 1/2 calabacín cortado a dados
- 2 tazas de espinacas frescas lavadas
- 4 huevos.
- 1 puñado de perejil picado
- 6 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra
- Sal
Elaboración paso a paso
- En una sartén grande antiadherente, calentar 2 cucharadas de aceite de oliva a fuego medio y añadir las chalotas picadas. Añadir una pizca de sal y cocinar hasta que empiece a dorarse, sin remover demasiado.
- Incorporar los champiñones y cocinar hasta que empiecen a dorarse. De nuevo, no remuevas demasiado.
- Añadir el calabacín picado y las judías blancas. Añadir de nuevo una pizca de sal y ahora sí, con el fuego alto, cocinar durante unos minutos removiendo de vez en cuando.
- En otra sartén pequeña antiadherente, calentar 1 cucharada de aceite de oliva y hacer los huevos a la plancha, uno a uno. Hay que ser paciente para que se cocinen bien.
- Servir medio puñado de hojas de espinacas en un plato, y añadir encima las verduras. Probar y corregir de sal si es necesario, poner el huevo encima, espolvorear con abundante perejil picado y añadir un chorrito de aceite de oliva.
- Que aproveche!